Ratzinger : No te esperamos !
Con motivo de la visita del papa Benedicto XVI al estado Español los próximos 6 y 7 de noviembre desde A Clau Roya queremos mostrar nuestro rechazo a que desde un estado laico y aconfesional se sigan manteniendo los privilegios a la iglesia católica tanto en el campo de la fiscalidad , de la enseñanza o en todo lo público. Nos resulta muy alarmante el hecho de que cada día vemos como nos alejamos más del supuesto “estado de bienestar” con recortes sociales y privatizaciones, con la excusa de que nos encontramos en un periodo de crisis económica. En cambio el estado no tiene ningún reparo en financiar con nuestros impuestos (seamos o no creyentes) los desorbitados gastos (hasta 700.000 euros) que conlleva esta visita.
Desde su inicio, la Iglesia católica ha establecido su jerarquía de sexos, presentado a la mujer como un ser inferior al hombre, siendo creada una mujer, Eva, de la costilla de un hombre, Adán. Se empezó considerando a la mujer la causante de todos los males que padecemos, al comerse la manzana prohibida se la dibuja como culpable del pecado original, convirtiéndola así en la causante de la prohibición del paraíso terrenal a todos los seres humanos .
Durante toda la Edad Media, se impidió a la mujer que estudiara. Las enseñanzas se hacían en latín y estaban en manos de la Iglesia, a la mujer no se le enseñaba esta lengua de dios, privándola así de la cultura.
Hasta casi finalizado el siglo XX en el estado español, después de 40 años de nacional-catolicismo, perduró la idea de que si algún descendiente estaba destinado a hacer carrera ese debía ser el varón. En otros países esa idea sigue en pie, empujando a la mujer al matrimonio y al rol que le conviene a la Iglesia y a la sociedad para seguir sometiéndola.
La represión de la mujer tomó un carácter espantoso con la quema de brujas: tortura y hoguera para más de 100.000 mujeres en toda Europa. Mujeres con ansias de conocimiento y libertad, fueron consideradas como aliadas naturales del maligno, perversas seductoras del varón, quién había sido creado a imagen y semejanza de dios. Así la iglesia, y en general el cristianismo, extendió el temor a la bruja en una sociedad crédula e ignorante a la que tenía dominada. Durante mucho tiempo la vida de la mujer no significó nada para la Iglesia, era una máquina reproductora para traer “hijos de la Iglesia” al mundo. En el momento del parto si se tenía que escoger entre la descendencia o la madre, era ésta última quien debía morir el hijo quien debía vivir. Muchas mujeres fueron sacrificadas.
Hoy en día seguimos arrastrando el lastre del sistema patriarcal que ha sido siempre defendido, transmitido y fomentado por la iglesia. Las mujeres deben sentirse inferiores para que el hombre pueda dominarlas y seguir ejerciendo su “poder divino y natural”, deben sentirse dóciles ante el maltrato y la vejación.
La iglesia niega el derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo a la hora de llevar a cabo, o no, un embarazo. La mujer debe parir y con dolor. En ningún caso se puede frenar un embarazo no deseado, aunque sea fruto de una violación, aunque ponga en peligro la vida de la madre.
El uso del preservativo, la píldora o de cualquier otro método anticonceptivo es inaceptable para la Iglesia, la única manera de evitar el embarazo no deseado en las mujeres solteras es la abstinencia. Y de esta forma gravemente irresponsable hace un llamamiento a incumplir con las recomendaciones sanitarias internacionales sobre el uso del preservativo como medio para prevenir muchas enfermedades de transmisión sexual, entre ellas el SIDA.
No podemos pasar por alto los numerosísimos delitos de acoso y violencia infantil que se han venido haciendo durante años por sacerdotes católicos que permanecen sin una firme condena por parte de los altos cargos eclesiales, quienes prefieren cerrar los ojos ante estas atrocidades y atribuirlo a una campaña de desprestigio a la iglesia.
Se niegan obcecadamente a aceptar otras formas de sexualidad que no sean el matrimonio heterosexual y criminalizan y discriminan otros modelos familiares distintos y todas las demás formas de sexualidad (gays, lesbianas, transexuales, bisexuales…) considerándolas como enfermedades patológicas.
Consideramos que la Iglesia católica constituye un freno, un lastre en el camino hacia la igualdad de la mujer.
Y le decimos al Papa que está a punto de llegar, que las mujeres ya no estamos dispuestas a ser tratadas como víctimas y esclavas de está sociedad patriarcal a la que ellos apoyan y secundan .
¡¡NOSOTRAS TAMPOCO TE ESPERAMOS!!
Con este comunicado, desde A Clau Roya queremos mostrar nuestro apoyo a la campaña que se esta realizando desde la plataforma “jo no t’espero!”, así como animaros, si vais a Barcelona, a participar en las actividades que están llevando a cabo.
más información: http://deixemnosdhosties.blogspot.com/
Deja una respuesta