8 de marzo DÍA DE LA MUJER TRABAJADORA
En este día tan señalado por proteger y defender los derechos individuales y colectivos de las mujeres, nos posicionamos en contra del feminismo institucional.
A Clau Roya queremos alzar nuestra voz y decir que somos las que soportamos la violencia sobre nuestros cuerpos ejercida en los conflictos bélicos; la sufrimos de forma cotidiana en nuestros hogares, en nuestros trabajos, en nuestras escuelas. Sufrimos también la violencia contenida en cada acto de agresión, vejación o discriminación lesbófoba, tránsfoba y homófoba que se da cada día en la calle, como es el caso del adolescente agredido en Teruel por su orientación del deseo. Frente a este tipo de ataques contra la libertad, el estado español encabezado por el PP, afianza y refuerza este tipo de actuaciones machistas con el recurso de institucionalidad respecto al matrimonio de homosexuales.
Padecemos la violencia ejercida contra las mujeres inmigrantes por una Ley de Extranjería clasista, xenófoba y heteropatriarcal que las convierte en ciudadanas y trabajadoras de tercera, y las condena a la vulnerabilidad, la precariedad y la invisibilidad.
Sufrimos de forma particularmente violenta los efectos de la crisis y de la nueva reforma laboral, ya que hemos soportado el mayor aumento en las tasas de paro en los dos útimos años y tenemos la mayoría contratos temporales y becas; Además, la población femenina aragonesa sufre la segregación horizontal y vertical, y la doble y triple jornada, entre otras cosas.
Esta situación se acentúa más en las zonas rurales donde las mujeres se ven relegadas a unos roles patriarcales más acentuados, ciñéndolas a las tareas reproductivas, situación que conlleva a la mujer a inmigrar, acto que provoca la despoblación de determinados territorios rurales en Aragón. Sumado a esto denunciamos el acoso y estigmatización constante que sufren transexuales, gays y lesbianas en este medio.
Aguantamos la violencia ejercida por las instituciones con el anuncio de la reforma de la Ley del Aborto, que en alianza con la iglesia católica y su política de control de nuestros cuerpos y nuestra sexualidad, siguen rechazando nuestro derecho al aborto libre y gratuito fuera del Código Penal e incluido en la Sanidad Pública.
Finalmente, en un contexto donde las contradicciones de este sistema opresivo pesan más que nunca, es la hora de seguir ampliando, bajo un feminismo de resistencia pero también de combate y reivindicación, las grietas de un sistema que hoy más que nunca no se aguanta por ningún lado.
Esta entrada fue publicada el 8 marzo, 2012 por aclauroya. Se archivó dentro de Movimientos socials .
Deja una respuesta